El «Archivo Luis Marín»: Entrevista a Rodrigo Hiriarte y Carlos Valverde

Transcripción y edición por Cristian Rodríguez.

 

Luis Marín Cruces (1972-2019) fue uno de los narradores chilenos más provocadores e inclasificables de los últimos tiempos. Sus parodias al mundo cultural de provincias, así como sus influencias imposibles, a medio camino entre la literatura decimonónica y la posmodernidad, lo transformaron en un autor de culto entre unos pocos y afortunados lectores, aunque sus relatos hayan sido prácticamente inencontrables en librerías. El desconocimiento de su obra -esas sátiras hiperbólicas que rompían con el minimalismo imperante- fue provocado por la distancia del mismo Luis respecto a las instituciones culturales, sus códigos de pertenencia, y también por las burlas mordaces hacia algunos escritores que impidieron activamente su difusión.

Hace dos semanas atrás, sostuvimos una larga conversación por videollamada entre nosotros, los editores de Elipsis, y los actuales encargados del legado literario de Luis Marín: el sociólogo Rodrigo Hiriarte y el periodista Carlos Valverde, quienes han preservado y clasificado sus archivos personales, entre los cuales todavía hay una novela por publicar: Far West.

El resultado de este diálogo fue una mezcla entre el análisis a un escritor talentoso, maldito e incomprendido, cuyas repercusiones todavía están por conocerse, y las reminiscencias de cuatro voces habituales recordando al más peculiar de sus amigos.

A continuación, les presentamos un resumen con las ideas más interesantes, emotivas y luminosas de esa conversación:

 

El Archivo Luis Marín

Rodrigo Hiriarte: Hay tres cuestiones que están en la base de este “Archivo Luis Marín” (porque finalmente es eso): el olvido, la vigencia y la proyección de su obra. Respecto al olvido: la producción literaria y artística es frágil, lucha contra el tiempo. Pensemos en toda la cantidad de libros que se publican: muy pocos pueden trascender en el tiempo. Entonces, esta tarea tiene algo así como de luchar contra el olvido, tratar de que su obra se proyecte.

Carlos Valverde: (…) estamos trabajando en el libro Far West, junto con el papá de Luis, con quien nos propusimos lanzar el libro no más allá del próximo año. Yo creo que podría ser el segundo semestre del 2021. Hemos recopilado lo que hemos encontrado, que son tres o cuatro versiones de la novela. A eso se suman dos cuentos, y también poesía, y otros tipos de materiales audiovisuales: grabaciones, programas de radio, anotaciones. Ha sido un desafío, estamos recién comenzando, pero el material del que disponemos nos puede llevar a muchos lugares.

(…) Far West reúne algunos personajes de sus novelas anteriores, como Carlos Barra Acún, y también a su protagonista: un ex capitán del ejército de apellido Balmes, quien está preso. El libro es interesante porque habla mucho sobre la historia de Chile y de la experiencia del régimen militar a partir de este personaje.


La intimidad de un escritor fallecido
 

Rodrigo Hiriarte: Yo he sentido ese pudor, sobre todo, durante el primer año. Luis era muy explícito acerca de varias cosas, pero también había otras que ocultaba. A veces [mientras trabajaba en sus archivos] yo me decía “dejemos a Luis descansar un poco, aguantémonos”. Si uno lee, por ejemplo, sus correos y chats con una mujer: claro, eran literarios, pero quizás no era el momento de meterse en algo tan personal, porque son cosas, que, en un principio, él nunca te contó. Además, hay un montón de trabajos objetivos: están sus guiones de cine, sus textos en el blog, toda una producción que ya es una base para poder empezar a trabajar.


Sus procesos de escritura

Ricardo Herrera: Al comenzar a escribir Nostalgia del Futuro [su libro biográfíco sobre Jorge Teillier, coescrito con Carlos Valverde], Luis no era experto en su obra. Hablábamos mucho sobre su poesía, pero él admiraba, más bien, al personaje, que se conectaba mucho con esa vida al límite que él también llevaba: un dipsómano que vivía al extremo, que no distinguía entre vida y literatura, etc. A mí me llamó mucho la atención que, al cabo de algunos meses, Luis llegó a tener un conocimiento que era extraordinario. Terminó sabiendo muchas cosas que yo desconocía.

Rodrigo Hiriarte: Mientras estaba terminando Nostalgia del Futuro (…) Carlos le decía: “¡mañana definitivamente nos juntamos y tú vas a escribir!”. Luis no estaba en buenas condiciones e igual trataba de cumplir. No sé cómo lo hacía. Tenía un talento como escritor que lo hacía superar cuestiones tan endemoniadas como la resaca. Y de todas maneras, escribía. Eso no es fácil.


Luis Marín y el rol del escritor en la sociedad

Ricardo Herrera: Ese era su lado más tradicional: el rol que, según él, cumplía el escritor. Frente a  la postura de los escritores más jóvenes, que son más quitados de bulla, que no participan mucho, que tienen una actitud como antiliteraria (no digo que sea malo, sino algo que se siente en el aire), Luis tenía una visión más bien tradicional: la del escritor bohemio, que le gustaba compartir con otros escritores, que le encantaba ir a talleres. Más de una vez me pidió que lo llevara a mis talleres (…) y hasta presidió una agrupación literaria. Tuve muchas discusiones con él acerca de esa agrupación, que ya estaba muerta, y él me decía: “¡No, si la agrupación sigue!”, aunque sólo fueran él y dos personas más. Para Luis, un escritor tenía que organizarse. Fue uno de los últimos escritores representantes de esa idea. A mí me decía: “¡Nosotros tenemos que intervenir, tenemos que hacer cosas!” en un tiempo en que muchos de nosotros -y me incluyo- ya no queríamos hacer cosas (…) Él, en cambio, lo veía a la antigua usanza: el escritor debía ser un tipo de peso, un intelectual que tenía que opinar, que influía políticamente.

Carlos Valverde: A Luis también le gustaba mucho la fotografía, lo performático, la lectura…gritando (risas). Admiraba mucho a Enrique Lihn por ese tema multifacético.

 

El periodista y el escritor

Carlos Valverde: Aparte de la experiencia de escribir Nostalgia del Futuro, también fuimos colegas en el Diario Austral cuando le tocó hacer un reemplazo. Yo creo que en Marín siempre fue predominante la ficción por sobre el periodismo. Del periodismo tomaba, tal vez, ciertas herramientas, pero le costaba tener un lenguaje periodístico. Te pongo un ejemplo: un día tuvimos que hacer una nota en el estadio acerca de un partido de fútbol, y Marín hizo una nota con elementos muy literarios, imágenes muy profundas, como que la hinchada de Temuco era la “sal de la tierra” (risas). Y claro, los editores de ese tiempo se dieron cuenta de que a Marín le costaba encajar, y por eso le empezaron a acomodar otro tipo de textos, como los reportajes barriales. Le costaba sacarse lo literario e irse más a lo periodístico: al dato, a la información, a las preguntas típicas. Y fue ahí, con otro tipo de reportajes, que él se pudo adecuar y hacer unos trabajos maravillosos.

Rodrigo Hiriarte: Luis tuvo una discusión con un amigo que le preguntaba por qué él no creaba un mundo propio, totalmente ficticio, y la respuesta suya fue: “Porque no puedo…no podría”. Lo que tenía más próximo era esa vida social muy rica, y ocupaba esa vida social como material. Ocupaba esa relación con la realidad. Pero claro, esa realidad la trastocaba absolutamente, porque él tenía técnicas que le permitían superarla: la crueldad, la parodia, el lenguaje inmaculado; le permitían trabajar eso que él quería trabajar, y lo conectaban con autores que a él le interesaban. Si tú le quitas todas las certezas a una persona: el trabajo, el amor, las amistades, lo que te queda es esa fragilidad de la persona humana, el ridículo. Y eso conecta a Marín con la gran literatura, y la gran literatura es permanente.


Sus ambiciones

Rodrigo Hiriarte: (…) Marín se distinguió por ser un escritor canónico dentro del contexto local. A diferencia de otras personas, que están por una cuestión más comunitaria, más social de la literatura, él era un escritor profesional que se distinguía de quienes sencillamente iban a actividades literarias. Tenía la intención de traspasar los límites de Temuco, de cotejarse con escritores reconocidos, profesionales. Parte de nuestro desafío está ahí: cómo podemos proyectar su obra a otros contextos, a otros lectores: al mundo académico, al mundo de las editoriales grandes. (…) Luis era un escritor de tomo y lomo. Aspiraba a estar al mismo nivel, por ejemplo, que un Zambra o un Sanhueza; personas que él identificaba como sus pares.

Ricardo Herrera: (…) La recepción que tuviera su obra aquí en Temuco le daba lo mismo. Aquí no tenía con quién medirse. Luis quería que lo leyeran en Punta Arenas, en Santiago, en Chillán, para dialogar con escritores que, según él, podían comprender lo que estaba haciendo. Acá no, acá él sentía que no tenía lectores, que era un incomprendido.

Rodrigo Hiriarte: Con Ciudad Sur, Luis pensó que la iba a romper. La apuesta fue dura: la apuesta de un artista. (…) quería ser una voz independiente y enfrentarse a autores que podían ser incluso superiores a él (…) Pero la parodia a ciertos escritores le costó caro. Su libro fue bloqueado. En Santiago (en ciertos espacios) lo vieron como un gesto de mala onda. Eso es algo que todavía nos queda por investigar.

Ricardo Herrera: Yo me pregunto si lo de Luis fue, quizás, una actitud algo inocente hacia la literatura. Yo lo conversé mil veces con él: el tema de la recepción de las obras, y podíamos llegar a consensos, pero él esperaba cosas que ya no se dan. El noventa y nueve por ciento de las obras literarias ahora pasan completamente desapercibidas. Un comentario en el diario y se acabó.


La proyección de su obra

Rodrigo Hiriarte: Lo que yo veo es que la obra de Marín tiene vigencia. Él trata temas que son importantes y que van a seguir siéndolo en la literatura. La cuestión de la formación del escritor, que aborda en sus dos primeras novelas, es un tema clásico, y él la trata con mucha profundidad, tomando un contexto particular: un mundo de provincias donde comparte con personas que no son avezadas en la literatura. Este personaje que él crea, Antoine Roquentin, es un personaje que lucha por convertirse en escritor. Y ese es un tema general de la literatura.

Carlos Valverde: Hay que hacer un estudio, un trabajo bien profundo para que la obra de Marín, citando una palabra muy suya, sea “justipreciada”. Es una obra muy interesante, donde está el dolor, una suerte de ajuste de cuentas, personajes que son de la realidad y que no lo son. Yo creo que su obra merece un análisis más profundo para que sea mejor recibida en esta etapa que queremos hacer.

 


 

Rodrigo Antonio Hiriarte Llanos, Sociólogo. Docente de la Universidad Católica de Temuco. Se desempeña como investigador en el campo sociocultural y consultor para la Sermi de las Culturas de La Araucanía.

Carlos Valverde Ortega (1986), periodista, realizador audiovisual y fotógrafo. Fue periodista y reportero gráfico en el Diario El Austral entre 2015-2020. Coautor del libro Nostalgia del futuro, biografía del poeta Jorge Teillier, (2015) Del Aire Editores. Editor de la antología poética en sistema braille, Jorge Teillier en Seis Puntos, (2017) Ediciones UTEM.


Imagen de la cabecera: Vanitas, naturaleza Muerta con Libros, Manuscrito y Calavera, de Edwaert Collier (1663)