Entrevista a Consuelo Martínez + Muestra poética

¿Por qué dedicarse a la literatura en el presente? ¿Por qué ese medio y no otro?

Los libros, la lectura y el gran paraguas de la Literatura es parte de mi identidad y de mi historia, no podría decir solamente que “me dedico” a ello, sino que soy con ellos, me he construido en ella personal y académicamente, y he podido compartir eso a través de la escritura y la enseñanza. La literatura es literatura sea en el soporte que sea, la literatura encuentra los medios aun a pensar de los cambios, depende también de cómo podamos generar esas transformaciones o adaptaciones, lo que nos moviliza como creadores (o Docente y futura Psicóloga, en mi caso) a generar extensiones de la Literatura. Además de la Literatura me he dedicado al mundo de la Psicología, dos mundos que se encuentran en mi mundo, con los que he podido conectar, es decir, no es solo la Literatura y nada más, es eso y los vínculos que se pueden hacer para aportar con ello no solo en el aspecto estético, sino también en el bienestar de las personas, de modo que para mi dar curso a la Literatura hoy es dar curso a los vínculos interdisciplinares, a las oportunidades creativas, oportunidades de salud y de reflexión.

¿Cómo abordaste la escritura de Curso de anatomía? ¿Qué te sucedió primero, qué te sucedió después?

Curso de Anatomía va a cumplir ya casi siete años de su publicación, y fue un proyecto en el que los entornos me favorecieron mucho para lograr completarlo. Cuando comencé el concepto de “cuerpo” me rondaba profundamente, porque inicialmente, el motivo surgió desde la relación con mi propio cuerpo, la enfermedad, mi condición, han sido cuestiones de todos los días y de un amplio trabajo personal para comprenderme en él. En ese sentido, inicialmente, partió por ahí, abordar este eje. En aquel entonces, yo estaba trabajando en mi labor de siempre de Acompañamiento Académico en la Universidad Católica de Temuco con la carrera de Kinesiología, y esto fue justamente en en el laboratorio del curso de Anatomía Humana, y esto fue algo así como un regalo para mi, es decir, la materia prima estaba ahí, ante mis ojos, y esto terminó por colaborar favorablemente en el desarrollo de Curso de Anatomía, detalle que incluso le dio el nombre al proyecto y en el que mi amiga y colega Isabel Iriarte me acompañó muchísimo.

En cuanto a su escritura, en este momento fue bastante disciplinada, hoy mis proyectos se han dado de otra forma, pero Curso de Anatomía lo desarrollé en el periodo de tres años, tenía muy clara la imagen y el concepto, así que eso me permitió poder ir encontrando los elementos para continuar. Trabajé los textos, muchos de ellos en papel primero y luego en el computador, luego sólo en el computador, revisando, corrigiendo, descartando y organizando. Isabel Iriarte me ayudó a ir organizando los textos, editando lo necesario hasta probar cómo iba quedando. Imprimí muchos borradores hasta dejar un manuscrito final. Como he venido desarrollando un trabajo más bien independiente, solicité ayuda a una imprenta amiga y ellos me ayudaron con la parte técnica de materiales, papel y empaste. Terminados los 107 ejemplares, vino la presentación que se dio precisamente en el Laboratorio de Anatomía de la Universidad Católica de Temuco, lo que fue una instancia maravillosa para el contexto del libro y su producción, pues muchos poemas habían surgido ahí mismo. Actualmente, ya me quedan muy poquitos ejemplares, sintiendo que su ciclo ya va acabando, que su presencia ha llegado a diversos lectores, que he podido aprovechar lo suficiente todo lo que este proyecto me ha dado y cómo se ha dado por sí mismo.

¿Qué libros le regalarías a un escritor de veinte años?

Ante esta pregunta, evoco mi rol docente en la Universidad y pienso en mis estudiantes y reflexiono sobre que depende de la situación en la que se encuentre este escritor, será que tiene 20 años y está comenzando a escribir, será que tiene 20 años escribiendo, será que tiene 20 años con una edad sentida de más o de menos, le gustará la poesía o la narrativa, etc. En general, creo que los autores latinoamericanos son transversales a cualquier edad, comenzar por ahí siempre da ese empujón hacia la lectura, nada que los haga sentir que es una pesadumbre o que leer significa un gran libro que impacta, a veces, por el solo hecho de ver su gran tamaño, considerando que tener 20 años hoy implica también considerar el soporte en el que leerá y que la lectura debe llegar como un regalo y no como una acción forzada. Posiblemente, le regalaría algún texto de algunos poetas de acá de Temuco, o tal vez algún texto de microcuentos (si eso le interesa).

¿Qué errores, o lugares comunes, te provocan dejar la lectura de un libro?

En general, suelo leer paralelamente varios libros al mismo tiempo, y suelo detenerme no por cuestiones técnicas, sino porque necesito ir o venir a otras lecturas. He dejado de leer libros porque a veces no es el momento adecuado, o porque a veces la temática no ha sido tan saludable para mí o, simplemente, porque los tiempos se me ajustan.

¿Cuáles son los dos últimos libros que has leído?

Honestamente, entre todas mis lecturas, que son varias simultáneamente, suelo leer bastante teoría, ya sea por mis estudios o trabajo. Lo últimos que leí fue Mapas de la Práctica Narrativa de Michael White, en el contexto de mi formación en Terapia Narrativa; y me encuentro avanzando en el texto El poder silencioso. La fuerza secreta de los introvertidos de Susan Cain. Recibí de Pablo Fante una serie de libros que compartió conmigo y que leí sin detenerme, estos fueron: Los Continentes, de Pierrine Le Querec; también Orquesta de Poetas. Todos Intrumentos de varios autores compilados allí; además Dinosaurios. Todos Vuelven, de Pablo Fante; un plaquete de Soledad Fariña titulado Ábreme, y De Memoria Prófana, de  Aurélia Lassaque.  Ahora mismo, me encuentro también leyendo varios otros, no necesariamente del ámbito de la literatura, sino de ese otro mundo del que soy parte, textos de Psicología, Neuropsicología y Neurodiversidad.

¿Qué te gusta y qué te repele de los escritores de tu época?

Esta pregunta me interpela un poco, pues en general cada escritor/a en su estilo, da de sí mismo, y como en todo puede que mi vinculación con la lectura de uno, no sea la misma que con la de otros, pero sí me gusta que los escritores de hoy puedan hacer uso de las plataformas virtuales, acercar su trabajo desde las tecnologías, los registros, la visualidad, hace posible una aproximación novedosa, jugar con las posibilidades del libro, eso me llama la atención, darle la posibilidad al libro de una transformación.


De «Curso de anatomía» (Kallfü Ediciones, 2015)

IMAGINACIÓN

me concibió
la lluvia,
mi cuerpo se formó en el viento
y luego
me escribo sobre la niebla,
cada palabra de mí misma
transgrede
las voces endurecidas
de una mano
de sangre escribiente

SINTOMÁTICO

me duele el ascenso
las luces de entrada
el sonido del viento
me irritan los gestos
los descuidos
los destiempos
el tire y empuje
las filas
iniciar la semana
me duele
en todo el cuerpo
el quehacer
y quiero y no quiero
aquello que es, que será
y cumplo
y me levanto
con los ojos cerrados
con los oídos a medio oír
y despierto, luego,
jaquecando mis quejas
me duele
todo aquello tan ajeno
que me detiene
y me envuelve
en una sensación que no es mia
esta en el aire
y me canso, me canso
cansancio del tiempo que corre
me duele de cansancio.

OLVIDAR

A filo de una hoja de otoño, me escribo, para no olvidar, con una angustia de tiempo perdido, me escribo, sobre mi cuerpo, en el silencio, para no olvidar, me escribo, a punto, a punto, para no olvidar, olvidar, no, olvidar no, para recordar que tuve que hacerlo, en el silencio, escribiéndome, así para que los demás me recordaran, me vieran, me recordaran, así, así tal cual, con este cuerpo, con este cuerpo, sí, para no quedar en un recuerdo, volvería a hacerlo, no, no para sufrir, para no olvidar.

¿Habrá otro modo para no olvidar?


Inéditos

RITUAL DE PALABRAS

Todo su mundo está ahí. Dibuja un par de letras en el vaho de la ventana y mira por ellos hacia afuera. Dibuja letras en su habitación moviendo sus dedos ligeramente formando palabras, ella las elige cuidadosamente, las elabora en sus labios una y otra vez, susurrándolas. Las palabras aparecen en su mente como proyecciones moldeables, respirables profundamente y se manifiestan. Este es su ritual de las palabras.

¿DE DÓNDE VIENE EL MUNDO?

El mundo viene de afuera, de adentro, de los sonidos, de las luces; el mundo me vino. El mundo viene de mi madre, de mi padre; de los sueños (eso me han dicho); el mundo viene cuando lo hago, cuando hago algo. El mundo viene, quizás no viene, o se me viene encima; este mundo tan frágil y pequeño desde un avión, tan aterrador cuando camino. De dónde viene, viene de las historias que me dejó mi abuela, viene con el viento; o simplemente con un poco de tinta cuando quiero volver a saber lo que se siente ser humana.


Consuelo Martínez Astorga (Temuco, 1989). Escritora. Magíster en Literatura por la Universidad de Chile. Profesora de Lengua Castellana y Comunicación, se encuentra finalizando su estudios de la carrera de Psicología. Agente de Proyecto Kallfü, iniciativa de Literatura y Humanidades (www.kallfu.cl). Publica en 2012 por autogestión el poemario La Sombra del Pájaro y en 2015 publica el poemario Curso de Anatomía, Kallfü Ediciones. Su sitio web es: http://www.cmartinezastorga.cl

Ha participado de diversas antologías, tales como: Plexo Sur: Poesía y Gráfica de Temuco, Concepción, Valdivia y Valparaíso (2015, Editorial Segismundo, Grupo Casa Azul); Antología Rumano-Chilena (2016, Colectiile Revistei Orizon Literar Contemporan, Edituro Pim); Mujeres al fin del mundo: Voz poética de la mujer en Chile 1980-2016 (2016, Ediciones y Producciones Orlando).

Actualmente, trabaja en la Universidad Católica de Temuco, realiza Talleres de Lectura y Escritura Creativa, Expresiva y Terapéutica.

Fotografías: Cristian Rodríguez.