10 Poemas de Luísa Dacosta (por Ricardo Olave)

10 poemas de la poeta portuguesa Luisa Dacosta (1927-2015)

Recorriendo los estantes de un euro en las calles cercanas al barrio alto de Lisboa, uno de los pocos textos que encuentro de poesía es el de Luísa Dacosta, poeta, escritora y cronista portuguesa. Profesora de la Facultad de Letras de Lisboa, para ella el verdadero conocimiento provino de las las mujeres del mar, “que se marchitan a los treinta años, que viven y mueren en la resignación de tener hijos o perderlos, en la rutina del trabajo esclavo, no remunerado, golpeadas como bestias de carga, y que aunque sean cariñosas, soportan el dejo de las generaciones, a veces no lo soportan y se suicidan”.

En sus 88 años se convirtió en una escritora contemporánea en los que transitó en diversos géneros, incluso traduciendo a su idioma a escritoras francesas como Nathalie Sarraute y Simone de Beauvoir.

El texto que encontré se titula “La Maresía y el Sargazo de los días” (A Maresía e o Sargaço dos días, 2002, Edições Asa).

Maresía: palabra canaria, definida por el Diccionario de la Academia Canaria de la Lengua con dos significados:

  1. f.  Aire cargado de humedad marina en las zonas cercanas a la orilla del mar.
  2. f. Olor a mar que se percibe en tierra hasta cierta distancia de la orilla

Sargazo: un tipo de macroalga conocida por su llegada masiva a las costas europeas, ensuciando y perjudicando al turismo.

Algo que llama la atención de los versos de Luísa son su lenguaje breve, conectado con el imaginario del mar, encontrando sabiduría en las olas para expresar la cotidiana realidad. Luísa habita esa idea como si en la arena, en los animales que habitan esos espacios húmedos, estuvieran las respuestas para combatir la soledad y el desamor.

Incluso, podríamos decir que existe cierta obsesión en los conceptos del mar y la playa, siendo parte del universo del que emergen sus palabras y decisiones estilísticas de los poemas. En sus palabras, es una geografía íntima, como el pueblo de A-Ver-O- Mar, una freguesía portuguesa cercana a la ciudad de Oporto, donde la autora configuró gran parte de su obra.

No era el momento (Não foi este o tempo)

No era el momento de amar
y ahora es tarde,
me abandona el espíritu de la vida.

Te dejo mis labios
y la frescura salina de mi boca
-anémona de los jardines sumergidos.
La línea sedosa de mi cuerpo
Para su cansancio.
El agua de mis manos
– pétalo y ala en su cara.
Recuérdame.

Fuera del espacio, del tiempo y de la circunstancia,
con mi silencio, laberíntico y recóndito
-un enigma a descifrar
Te espero.

Y te quiero antropofágicamente, como promete la Lengua,
ya que mi yo se abre para darte la bienvenida,
mis brazos, cerrados en X,
sobre tu ímpetu y tu deseo.
Búscame.

Llamada (Chamamento)

Desde la orilla del sueño
y al otro lado del mar
alguien me sacude
sin llegar a mí.

Un soplo de deseo
viene, vagamente, ante mí.
Perfume delirante
de jazmín imposible.

¿Es él quien me sueña?
¿Estoy soñando?
Saberlo serviría
Para deshacer, en el viento
trenzas de luz de luna.

Nubes
barcos,
espumas
Se desmoronan en la noche

Y la vida palpita, muy lejos
en otro lugar.

La vida cotidiana (Quotidiano)

Las mujeres se afanan
extendiendo las migas del sargazo
que el viento del norte trajo a la orilla.
Incluso a mano, sin gravilla.
Interrumpo mi escritura
Y las abrazo con una mirada.
Lejos, en un rosal de espuma,
dos pequeños arrastreros se cruzan:
se entra, en dirección a Póvoa,
el otro se va, en dirección al mar.

Usted (Tu)

Con la noche de tus ojos
luna y estrellas escasas.

Con la fuente de tu boca
No tendría más sed.

Con la raíz de tu hombro
¿Para qué quiero un techo o refugio?

Sólo la luz me haría falta
Para poder mirarte.

Palabras (Palavras)

Tócame
como los labios
como besos.
Pájaros, sedientos de ramas
y sombra
aterrizan en mis hombros.
Con los movimientos de las alas
Todavía dibujan un cuerpo
-arquitectura secreta del agua
desgarrado por el viento.

Mañana (Manhã)

Con suavidad, con mansedumbre
las aguas retiradas
comienzan a lamer las arenas.

Marea de besos.

Instinto (Instinto)

Como el árbol descubre la floración
y el pájaro el cursa, preciso, su vuelo
mi sed de ti
La siento.

Vuelo (Voo)

Con las nubes
la migración de las aves,
la dirección de los vientos,
Las alas se desplegaron,
Voy a tu encuentro
sobre el aire.

Pero tú eres un espejismo
¿Cómo se puede llegar a usted?

Búsqueda (Procura)

Entre naufragios de sueños
y rompecabezas de espejos,
día a día
me busco.
Y la vida no será suficiente
para una imagen
que no está hecha de fragmentos
agudo,
sin sentido.

Destino

No te he amado bajo los árboles.
Ni bebí tu boca junto a las fuentes.
Te respiré, por la tarde
cuando las sombras del otoño
descendieron, rápidamente, sobre mí.


Ricardo Olave Montecinos. Nació en Temuco en 1997. Periodista de la Universidad de La Frontera. Ha participado en áreas culturales de diversos medios nacionales como El Austral de La Araucanía, LaRata.cl o Culto. Actualmente escribe en La Tercera y es parte del podcast dedicado a temas mapuche “Recado Confidencial Operación Wallmapu”, disponible en Spotify

Imagen de la cabecera: https://www.cm-pvarzim.pt/noticias/livro-em-homenagem-a-luisa-dacosta-apresentado-na-povoa/