PARA CONVOCAR A LOS ANCESTROS
No desesperes si te pierdes
camino a la tierra prometida
Aun bajo cielos extraños encontrarás
el secreto enterrado en el páramo
Una cápsula del tiempo infinito
Un pergamino para convocar a los muertos
La palabra ancestral que has invocado
es un antídoto contra el olvido
Un bálsamo que cura la herida del costado
En el candil que sostienen tus antepasados
se eleva una llama más grande que la vida.
DELIRIUM
Un hombre silencioso como una caverna
Arrastra consigo la tristeza de los juzgados
Camina en la noche con llagas en sus pies
La sangre se escurre desde sus zapatos
Las huellas que deja revelan su presencia
Entra a un bar para beber a solas
Levanta una copa frente a un espejo
Brinda por la dicha de los hombres
Luego paga con monedas lo bebido
Las guarda junto a una llave mohosa
Con ella abre la puerta de la memoria
Recuerda que tiene orificios en sus manos
A través de ellos ve una casa abandonada
No quiere volver donde nadie le espera.
EL PUENTE DE CIMBRA
Cruzo el puente de cimbra
que se yergue sobre el estero
como antes, cuando niño
después de mucho tiempo.
Al llegar al final
me siento más viejo.
NIÑO Y SOMBRA
Un niño sorbe el aire y toma impulso
Mientras la respiración aguanta
corre el tiempo y la distancia
de los postes que iluminan la calzada
Abandonada a su suerte su sombra se le escapa
Deambula como errante arrancando de la muerte
La luz del farol que está adelante la detiene
A su cuerpo en un instante ella la devuelve.
LA BUSQUEDA
Por entre las calles un niño busca a su padre
En su cabeza da vueltas el rostro del ausente
Respira entrecortado como si le faltara el aire
Camina con las manos en sus bolsillos
En uno lleva tres guijarros del estero
Los acaricia como un pequeño tesoro
Se detiene a la vuelta de una esquina
Susurra un nombre y se dirige al cementerio
Allí es el único testigo de la vida
Pregunta a las estatuas por su padre
El niño para ellas no es desconocido
Del pequeño solitario se conduelen
A ellas encomienda su espíritu perdido
Al lado de una sepultura pasa la tarde
Inventa historias del hombre enterrado
Con el crepúsculo siente el frío de la noche
El muchacho piensa que es hora de marcharse
Lleva a cabo un ritual que ha hecho antes
Deja con cuidado las piedras sobre la tumba
En silencio vuelve a casa por la falda de un cerro
Comienzan a encenderse las luces del pueblo
VESTIDA PARA LA MUERTE
Pintan los labios de la abuela, le maquillan sus ojeras
ruborizan sus mejillas y el pelo le sujetan.
Rejuvenecen su rostro desde la frente a la barbilla,
la transforman,
la disfrazan
como si fuese a una fiesta.
Luego cruzan sus manos con guantes blancos sobre su pecho
Le cierran sus ojos para que siga soñando vestida para la muerte
HUELGA EN FERROCARRILES
Los trenes ya no vienen
En vano pongo mi oído sobre el metal adormecido de la línea férrea
esperando el mensaje adelantado, el canto de las ruedas
el ruido de las máquinas de lejanas tierras
Los trenes ya no pasan
Ni siquiera el de los militares se ha visto en el último tiempo
Ya no hay pasajeros
En los pasillos de la estación sólo se escucha como un murmullo
la despedida de mi abuelo a Pichidangui
Los trenes ya no corren
Hay una huelga permanente, un conflicto sin término
Mientras el sol calienta el metal de las cabinas
junto a los durmientes sueña el maquinista
y en los andenes se marchita el oro de los dedales
SUEÑO DEL HOMBRE SOLO
Bebes y te duermes sobre la mesa.
Sujetas el vaso como el náufrago su tabla
Canicas brillan en el fondo de un pozo
y los grillos cantan fuera de tu ventana.
La suerte habita en un país imaginario
cuando la muerte espera en los hospitales.
La sangre de una herida parece el vino
que mancha la comisura de tus labios.
El alcohol encendió la hoguera de tu sueño
lo velan en silencio tus ancestros.
La semilla del amor y su mitología
un día germinará en un bosque de cenizas.
Tu cabeza es una lámpara encendida.
Como polillas que vuelan en torno
se queman recuerdos marchitos.
El tiempo transcurre dentro de una botella
donde el viento mece tu barca
sobre las olas de un mar enrojecido.
POSTAL DE INVIERNO
El día comienza a abandonar los tejados
Va dejando sobre si una estela de sombras.
Con la mirada de un náufrago que se hunde
el sol extiende sus postreros rayos desde lontananza.
En el campanario vuelan aun las palomas
mientras el viento silba entre los árboles.
El hollín de la tarde que envejece ha caído sobre tu cabello.
Entre las nubes las estrellas aparecen
como un puñado de brotes nuevos.
La última luz del día apenas se empina por el cerro
cuando vuelven los colegiales a sus casas.
Tus hermanos imaginan que por fin tu madre
les contará alguna historia para dormirse.
Ella escucha la canción del tiempo que no vuelve.
Con el aliento entre tus manos entras a tu casa
pensando que nada más es necesario.
Nada hay afuera que pueda asustarte.
Los conjuros de tu abuelo sobre el brasero
harán caer las aves agoreras.
Miras silencioso por una ventana.
Las nubes reunidas ya no dejarán ver la Luna.
Entre la maleza los queltehues
esperan la lluvia que anunciaron.
A la mañana siguiente el día será más luminoso
y parecerá que nada ha cambiado
solo que la lluvia habrá velado tu sueño
el estero de tu infancia durante la noche
se habrá convertido en un caudal insolente
y algunos recuerdos flotarán río abajo.
LOS HEREDEROS DE LA NOSTALGIA
Porque somos los herederos de la nostalgia
tenemos la llave secreta de los hombres
que abre las puertas silenciosas
Aunque entremos a tientas a la casa abandonada
para encender la lámpara del recuerdo
mirando un antiguo reloj de pared sabremos
que todas las cosas están en su sitio
y que nunca nos hemos marchado.
UN ANCESTRO ME HA VISITADO
He venido desde lejos
de la tierra que habitarás un día
No te abrumes hijo mío
Celebra tu vida mientras puedas
en este mundo de horizontes diversos
porque yo habito la morada
donde solo puedes ver el cielo
Abre las ventanas de tu casa
Deja entrar el viento nuevo
que cicatrizará tus heridas
Siéntate a la mesa con tus hijos
antes que ellos se marchen
en busca de su propia felicidad
Encontrarás en tus libros
el consuelo que necesitas
Bebe junto a tus buenos amigos
porque con ellos no habrá despedidas
Tañerá la campana del silencio
en los cerros que rodean tu refugio
pero el eco de las quebradas
repetirá el nombre de los que te han amado
cuando preguntes quién lo ha hecho
Planta un árbol en tu patio
siempre estará a tu regreso
para recordarte donde perteneces.
DE NOCHE MIENTRAS RIEGAS EN EL PATIO TRASERO
A mi hermano Wilson
Vuelto al barrio de los años buenos
sales de noche a regar los árboles
Desde el patio miras las estrellas
imaginando las rutas desconocidas
de las naves ancestrales
y los satélites perdidos
El agua cae sobre la tierra
y el tiempo se detiene en tu cabeza
como en un reloj descompuesto
PEQUEÑAS APOLOGÍAS
No hay necesidad de tabla Ouija
Sentados a la mesa se reúnen conmigo
Sin invocaciones ni conjuros de por medio
los ancestros se auto convocan
Un abuelo afirma que siempre habrá un dolor que nos acompañe
Para vivir nacimos llorando arrojados a un mundo que no elegimos
Mi padre alega que todo es cuestión de técnica y perspectiva
Reconstruye la historia hablando del jardín que cultivaste
Nada digas de lo estéril de la tierra donde echaron raíces tus flores
La abuela los interrumpe preguntando si está caliente mi cena
Dos tíos hacen apología del silencio
Uno me acerca el pan, otro come de mi ensalada
Un padrino me sirve una copa y se acaba el vino
Es la excusa de mi padre para escapar por la puerta trasera
LA EFIMERA BELLEZA
El canto de un gallo blanco cuando el día termina
¡¡Oh música que entristece!!
Queda poco tiempo para conservar
los hermosos restos de un naufragio
Tu corazón es la quilla que asoma en la arena
Cuando el gallo acabe de cantar
la violenta soledad del mundo te llenará de escamas
Tres veces te habrá negado la efímera belleza.
UN DISCURSO INNECESARIO
Recostados sobre el pasto evitamos la luz del sol
que se cuela entre las hojas de la vieja higuera
La palabra en todo momento y lugar revela quiénes somos
Miro a mi hijo y preparo un discurso acerca de la sobrevivencia
Comienzo diciéndole que los árboles están
entre los seres más antiguos del planeta
No lo sabía papá
Luego un higo cae y golpea la cabeza de mi hijo
Papá, la higuera se enojó conmigo
Ya no es necesario continuar con el discurso.
UN TREN SILBA EN MI SUEÑO
Hay algo que se mete en mi cabeza cuando duermo.
Es un tren que silba en la noche anunciando su paso a lo lejos.
La canción de su campana irrumpe en mi sueño
como el zumbido persistente de una abeja que no hiere.
Al proyectar su luz en la noche
la locomotora alegre ilumina la pieza donde me encuentro
porque el tren en sus vagones lleva la dicha de mi mejor tiempo.
Entre sus ventanales veo a los amigos de mi infancia
que saltaban sobre el techo de los carros
abandonados en la estación ferroviaria.
¡Despierten durmientes!
¿acaso no se dan cuenta que mi niñez va sobre los rieles?
¡Más carbón para la locomotora y más noche para mi sueño!
Porque no quiero que amanezca ni que el recuerdo acabe
sin que antes el tren me lleve a los cerros y el valle que había olvidado
porque cada vagón es una aventura de un tiempo que no vuelve
y que se va como se aleja el tren que silba en mi sueño
En el último carro un niño se despide justo antes que despierto.
UNA MAÑANA FRIA
Los árboles se han deshojado
al cansado ritmo del otoño
El día ha dado la señal de partida
con una fría bandera de escarcha
La cofradía de nubes impide el paso al sol
Sobre las ramas desnudas de la higuera
al fondo del patio los tordos discuten dónde volar
Dentro de la casa los punteros del reloj
siguen dando vueltas en un círculo vicioso
recordándote que eres un esclavo del tiempo
Hoy no quieres dedicar tu vida a ningún afán
Abrigado en tu cama decides no levantarte
El día puede arreglárselas sin ti.
NUESTRA JUVENTUD
Quisimos que la libertad de la juventud
perdurara como un eterno momento
destruir los relojes y parar el tiempo
evitar el futuro que nos acosaba como fiera
Un día bebimos de un sorbo el néctar
con que Hebe llenó nuestros vasos
Tomamos camino para huir de la desesperanza
que nos susurraba en los oídos
Abandonamos el hogar que amábamos
dejando atrás un grito de protesta
pintado en los muros de un galpón
sin saber que en la suela de los zapatos
siempre llevamos el polvo de nuestra tierra
Pero también el futuro se deshizo en las manos
El sol de cielos ajenos con su lengua dorada
terminó marchitando tu cara y la mía
Volvimos al pueblo a buscar en los espejos
la pureza del rostro que vimos reflejado
en los charcos después de la lluvia
EL DESVELADO
Es la hora que apenas brilla
la luz de la estrellas que agonizan
No renuncies al fuego de los dioses
Mantén la hoguera encendida
En la oscuridad crecen los árboles
Los amantes abrazados mudan sus pieles
Habrás de cambiar las escamas
que aprisionan el amor bien adentro
En el instante que el mochuelo canta
en las sombras se oyen puertas que se cierran
Abre la tuya y no te quedes quieto
No aceptes el mal augurio de la muerte
El asesino en silencio en su escondite
limpia la sangre del cuchillo que apuñala
Entonces pule la coraza que ha de protegerte
para evitar en el futuro la estocada
El perro oculto lame sus heridas
Con el tiempo cicatrizarán las tuyas
que te recuerdan que has vivido
Cierra los ojos y duerme
El día con su gracia y sus virtudes
recoge las cenizas de la noche.
EL FUEGO NECESARIO
Mengua la luz del día. Las sombras comienzan a instalarse
No hay leña para encender la hoguera en la casa del desamparo
Sientes el frío que cae sobre el lomo del caballo del invierno
Él galopa y tú caminas solo como un ciego buscando abrigo.
En el patio olvidado los tiernos brotes se hielan en los paltos
Aunque parece vana la esperanza del que resiste solo pides
¡Algo más de sol para iluminar la casa!
¡Un pizca de vino para calentar el alma!
¡Un poco de calor para descongelar la cama!
El roce de los cuerpos de los amantes
como ramas desnudas que se frotan
que origine la chispa del fuego necesario
Williams Vilches Flores. Oriundo del pueblo de El Melón, ubicado en la V región, nació el 07 de marzo de 1970 y realizó sus estudios en los colegios Felipe Cortés, Diego Echeverría y Santiago Escuti Orrego, todos de la provincia de Quillota, graduándose de abogado en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Egresó de la Academia Judicial de Chile para ingresar al Poder Judicial, poder estatal en el que ha desempeñado los cargos de Juez de Garantía en las ciudades de La Calera y Quilpué, y de Juez de los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal de San Felipe, Quillota, Viña del Mar y Valparaíso, tribunal este último en el cual se desempeña actualmente. Ha publicado las obras: “El Almirante de Pájaros Ebrios”, Editorial Forja, año 2008; “Los Poemas Olvidados una Tarde”, Editorial Forja, año 2011; “La breve epifanía del arquero”, Editorial Casa de Barro, año 2016.
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