GEOMETRÍA
Si supieras el nombre
de estos árboles,
si al mirarlos un lugar
conocido reapareciera,
¿qué cambiaría?
Siéntate entre ellos
dijo uno,
un monje tampoco
agregó algo más
Son cuatro, no tres
como pensaste al llegar
a ese patio que parece
el hogar de todo silencio
Opuestos y congruentes
los troncos esbeltos crecen
inclinados hacia el interior
No precipitan
la bella voluntad
de tocarse en el centro
ESCARCHA
Pellaifa es el nombre
de esa laguna a la entrada
de la cordillera
Una vez fue un glaciar
entre las montañas
En la cumbre hay nieve,
en el centro del lago, árboles
La sábana de agua abre los brazos
a la visitante amorosa
Quien llega allí vive para siempre
RIEGO
La casa de una planta
tiene raíces que se reúnen
en secreto
con los delgados dedos
de los manzanos
Una regadera dibuja
círculos en la tierra
En silencio maduran
las palabras
-cabeza de niño
corazón de paloma-
pendientes de las ramas
que el viento saca a bailar
Tal vez la quietud del horizonte
y el temblor de las raíces
sostienen a esos viejos
amores del abismo
EXEQUIAS
Ni carroza ni gualdrapas
negras. Mucho menos procesión
frente al noble cuerpo
de bomberos, por las calles
que cruzan la plaza principal
y los balcones de intendencia
Ni discursos, golpes en el pecho
cocimientos y bebidas,
odiosas reuniones a gritos
para reírse del ausente
Después de todo lo supimos
desde el comienzo, no obstante
pretenciosos y niñas de papá
Entonces, si me dan a elegir
elijo la fosa común
PARAÍSO
La risa al interior
de tu silencio
cuando algo te enfada
Tus labios dentro
de la canción
que no puedo recordar
La memoria de ti
en la memoria del río
Allí está el Paraíso
En el saludo del agua
al viento que vuelve a pasar
VÍSPERA
Las hormigas rondan
por turnos los manzanos
pero las manecillas del reloj
sostienen apenas un segundo
O todos duermen o ya se han ido
Sin embargo, nunca aprendimos
el trabajo de la hormiga
y la lluvia predice la deriva
Peor aún, confundimos esto último
con un par de zapatos,
una almohada, un sombrero,
unos caballos salvajes
ARENISCA
Cómo es un ángel ciego
en el fondo de las aguas
hace millares de años,
no podemos entenderlo
Centenares de generaciones
después cruzan la roca
que fue horadada
por temor y delirio
Túneles del ánima sin luz,
tumbas de los cuerpos
apagados, esa reunión
de hueso y piedra sin fin
Sin embargo el porvenir
suponen, la idea
de lo impensable
en los sigilosos siglos
Un círculo o una estrella
de mar, un amanecer
y una tarde en abrazos
fuera de toda órbita
SISEO
La tribu de la amargura escribe
sobre un vidrio húmedo
palabras que enseguida
se deshacen
Olvidamos la historia
que dejaron de contarnos,
entonces pensamos en un sueño
que se repite como si quisiera ser real
Los silbidos del viento
bailan en tu blusa marrón,
en tu pañuelo verde
Cerca de un río levantas
los brazos como si te rindieras
pero de tus manos abiertas
crecen cerezas corazón de paloma
vigiladas por hojas que algo dicen
Pronto van a volar y se dormirán
sobre el pasto sediento
Pensamos en esos extraños
hechos, ¿acaso iremos esta tarde
a caminar descalzos?
Otra vez sentimos miedo,
no queremos mirar la ventana,
entre tus labios el hilo
de las palabras susurra
que todo sigue siendo posible
PAN
Perdido en zona ciega
revuelve harina con la yema
de los dedos y agrega
el silbido del tordo a mediodía
El pájaro canta y enmudece
Señal de los ancianos
que levantan la mano abierta
y dejan de respirar
FRÍO
Primero el nudo,
el vértigo, el mareo,
ese intenso temblor
vuelto pálido goce
Qué habría de pasar
si regresaran, para ser
de nuevo principiantes,
principiantes
al encuentro de la punta
del cuerno del ciervo
y las palabras
que permitirían contarlo
Imagen de la cabecera: https://collections.artsmia.org/art/107181/spring-landscape-with-trees-onorato-carlandi