Muestra poética de Pedro Lastra

Lo primero que uno valora de un poeta como Pedro Lastra, es ese gesto que reconocía Llanos Melussa a Gabriela Mistral: la de crecer a un costado de la cancha donde se juega el partido de la poesía chilena (donde el árbol nerudiano, dice, está en el medio impidiendo jugar al resto). Gabriela “ofreciendo su sombra refrescante a quienes enloquecen bajo el sol”.

Así veo la obra y vida de un autor al que uno sitúa siempre en concomitancia con Enrique Lihn, siguiendo una vieja tradición de amistades literarias: Pablo Neruda y Federico García Lorca, Rosamel del Valle y Humberto Díaz Casanueva, Gonzalo Rojas y Octavio Paz, Jorge Teillier y Rolando Cárdenas. No el maestro y el discípulo (Huidobro/Anguita, Parra/Méndez, Giaconi/Contreras o Lihn y su conflictiva relación con Rodrigo Lira), sino el diálogo entre pares que se respetan, se valoran, se influencian mutuamente sin perder, cada uno, su propia singularidad.

Se ha señalado como características de su lírica el tono intimista, el trabajo con el tiempo y la indecisión, el desarrollo de unas palabras que limitan con el silencio, dado quizás lo breve de sus textos, que son también “reflexiones casi en sordina”  que se oponen a las grandes voces canónicas (Pellegrini).

Me reconozco un lector tardío de Lastra, creo que de alguna manera en este país todos lo somos. Pero confío que el tiempo ordena, mueve las piezas, clasifica y desclasifica archivos. Acabo de terminar su libro antológico Cuaderno de la doble vida (1954-2021), publicado en Bogotá por la Universidad Javeriana; sustancioso texto seleccionado y prologado por Marcelo Pellegrini. Su lectura me ha permitido resituar el lugar de su poética dentro de una generación de excepción (la del 50). Es el lugar que Pedro Lastra (“memoria viva de la literatura chilena”, según Marcelo Rioseco) se ha ganado con una obra de la que hoy ofrecemos una pequeña muestra, para que las nuevas generaciones se acerquen a su palabra cada vez más joven. Creo que Lastra, empinándose por sobre los 90 años, ha logrado aquello que todo poeta ansía y que le anunciara su amigo Enrique Lihn en Posdata: ser parte de su escritura, no un extranjero para sí mismo: un habitante de su propia poesía.

 

Ricardo Herrera Alarcón

 


 

 

 

INFORME PARA EXTRANJEROS

                                                      A Valentina Moraga Lastra

 

De nuevo entre nosotros reparte el pan, el agua

gestos desdibujados de mi padre,

mis hermanos me miran y no me reconocen,

me preguntan quién soy, por qué he venido

tan tarde, ya es de noche, no sé qué contestar,

mi padre abre una puerta y alguien entra,

yo sigo dando cuerda a una caja de música

que se rompe en mis manos,

estoy solo en la casa,

mi padre mira un árbol en el patio,

las flores,

pienso en la primavera

y sé que es Chillán, Isla Negra, Santiago.

 

Que no haya tristeza.

 

 

 

CAPERUCITA 1975

 

I

Para verte mejor no necesito

cerrar los ojos

no necesito verte

con un fondo de árboles

no eres fotografía eres el bosque

que se echa a volar y yo te sigo

con los ojos abiertos por tu vuelo

inocente de ramas que me pierden

en la noche del bosque

 

II

 

Y para oírte nada de teléfonos

ni orejas grandes

no soy lobo ni oveja

no sé quién soy

oído para tu voz

espacio

que se instala en el mundo

para tu voz que late

rápida y lejos

lejos de mí que soy

menos feroz y astuto cada noche.

 

 

AURORA BOREAL

                                     A Laurie Ann Groth

 

Fugacidades, iluminaciones:

tiempo del agua en la clepsidra

 y de la arena en su cristal,

voz del amor y de la música,

y los regresos del silencio

que viene y va por la memoria,

esa penumbra donde ocurren

fabulaciones de la arena

como el amor, como el silencio,

como la música y el agua.

 

 

DATOS PERSONALES

                                                   A Lily y Jorge Soto Mardones

 

Mi patria es un país extranjero, en el Sur,

en el que vive una parte de mí

y sobrevive una imagen.

Hace tiempo, el país fue invadido

por fuerzas extrañas

que aún siento venir en las noches

a poblar otra vez mis pesadillas.

Yo vivo también en un país extranjero

en el cual me dedico

a inocentes e inútiles tareas,

y en el que seguramente moriré

a la hora señalada,

como suele ocurrirle a la gente

en lo que llaman su propio país

o su país ajeno, pues no hay sino distancias

mayores o menores de frontera a frontera,

con líneas divisorias que uno mismo dibuja.

A veces yo recuerdo el país en que nací

y veo como siempre

sucesivos fantasmas

entre los cuales fui uno más, por un tiempo

que me parece muy largo y muy rápido,

ahora reducido a simples años luz en la memoria

de una tarde en un parque,

una conversación en un bar o en la esquina

de una calle cualquiera

por la que pasan sombras de pájaros,

voces indescifrables.

 

En tales ensoñaciones se van uno a uno mis días,

sin hacer nada que me encomiende a la posteridad.

 

 

 

ESO ES TODO

 

Y vinieron los días

ajenos a sí mismos,

y de nuevo el destello,

la visión en el muro,

gotas de una clepsidra

diciendo desde lejos

la medianoche del agonizante.

Alguien enmarañaba lo que fue, lo que es,

eso es todo:

ecos envejecidos, muy cansados

de pasar por la vida.

 

 

 

NOTICIAS DEL EXTRANJERO

 

…teatros donde alguien cambiaba la decoración

antes de que las escenas terminaran

la derrota de un Roncesvalles de utilería

y el eco de una despedida de otro tiempo

otra historia

 

 

NOSTRADAMUS

 

El futuro no es lo que vendrá

(de eso sabemos más de lo que él mismo cree)

el futuro es la ausencia

que seremos tú y yo

la ausencia que ya somos

este vacío

que ahora mismo se empecina en nosotros.

 

 

CASI LETANÍA

 

Quién buscará, quién buscará por mí,

quién, señora, buscará por nosotros,

por ti,

quién buscará la otra parte de mí,

señora de no ser más,

señora del extravío.

 

Cómo será, señora, verte y no verte

más, cómo será

mirar tu neblinosa

figura que se aleja

(esto lo escribo apenas),

porque estamos en mundos distintos.

 

Yo caigo poco a poco

en las tinieblas exteriores,

y ahora soy un hueso que flota en el espacio.

 

 

 

COMPOSICIÓN DE LUGAR

(QUÉ PENSABA KANDINSKY, QUÉ DIRÍA)

 

Corrijo los desvíos

del color y la forma

para pintar el mundo como es,

para ver de más cerca

la noche y su fulgor,

el secreto vaivén de la desolación,       

de la alegría,

sin alterar la línea

que le indica al viajero

el país de la fábula

o la tierra de nadie.

 

 

 

EL SOL, AUTOR DE REPRESENTACIONES

 

No éramos inmortales, me decía

mientras iba de regreso a la casa

por caminos que son

contra toda nostalgia

una parte de mí:

y entonces recordé

a una muchacha vestida de oscuro,

muchacha de los Andes

cuyo nombre casi había olvidado.

Recordé a esa muchacha y la escena perdida

para vivir de nuevo

y saber de una vez lo que sería

la caída del sol

junto a alguien semejante a su sombra.

Y eso fue todo, creo:

sol del atardecer,

sombra de la memoria

 

 

NOTICIAS DE ROQUE DALTON

                                                        A Rigas Kappatos

 

Yo digo, Roque, Roque,

y empieza esta función como en un cine continuado:

 en el cuarto oscuro de la memoria

Roque va revelándose a sí mismo,

se despliega en una larga cinta,

cambia de traje, cambia

de maquillaje (yo creo que no lo necesita).

Roque actúa para sus amigos

en los numerosos teatros de los recuerdos que los constituyen

y en los que Roque se establece

en un escenario giratorio:

a cada cual su escena, su diálogo con Roque.

Y esto puede ocurrir en Santiago de Chile,

año cincuenta y nueve por ejemplo:

un recital con jóvenes poetas.

Yo aparezco por ahí, en un rincón

mirando en dirección a Roque.

Y luego será en Praga, la visita

al Cementerio Judío. Roque un guía

posesionado de su papel, que descifra

esas enmarañadas inscripciones y lee

para su amigo viajero,

de paso en la ciudad, lo que le dicta

la inspiración del momento.

Aquí Roque improvisa, esto es obvio,

como lo hará más tarde en la Sinagoga

traduciendo un minucioso informe sobre el Golem

y el Gran Rabino Löew:

—Esta vaina no la entendí muy bien.

—¿Cómo dice, cómo dice, qué es eso de la vaina?

y la mujer te mira seriamente.

—Nada, nada, que me interesa mucho lo que hacía el Rabino.

 

Y era cierto que te interesaba,

pero cómo ibas a decirlo de otro modo,

Roque de Centroamérica.

Y entonces una escena en movimiento, en un bus        

por la avenida Providencia abajo,

año setenta y dos,

con algunos papeles en la mano.

Y ese bus sigue y sigue, y se detiene

a la entrada de la Sinagoga.

Desde ahí nos desplazamos hacia el Cementerio Judío.

 

Yo trato de leer lo que leíamos,

ahora ya sin Roque y por lo mismo

sin entender absolutamente nada.

 

 

VISITANTE

 

Alguien llama a la puerta, y luego sigue ahí,

más allá de nosotros pero inmóvil

sin gesto alguno,

ni airado ni amistoso,

al modo en que se acercan

las personas de un sueño

a reclamar su sitio y su dominio:

entonces

qué podemos hacer sino invitarlo

a recorrer la casa, y enseguida

caminar junto a él

acordando sus pasos y los nuestros

uno      a          uno

 

 

LA HORA MALVENIDA

 

La primavera se despide y muere,

con ella vamos como flores inciertas

llamadas por la tierra.

Y yo sigo pensando

en que alguien a quien amo

ha desaparecido otra vez de mi lado.

Y de pronto comprendo

que más bien soy yo mismo el desterrado

desde hace mucho tiempo,

yendo y viniendo entre las hojas secas

sin huellas ni señales.